23 noviembre 2013

Oculus Rift, el futuro de los videojuegos



En todo aficionado a los videojuegos se ha despertado alguna vez la idea, la ilusión o la esperanza de que esa realidad virtual que se veía en las películas de ciencia ficción llegase en algún momento a la vida real. Aunque estoy seguro de que muchos de vosotros aún no conocéis este aparato, se puede ya decir que la salida del Oculus Rift al mercado marcará un antes y un después en el mundo de los videojuegos.





Oculus Rift son, para los que no lo conozcan, unas gafas de realidad virtual diseñadas por la empresa Oculus VR específicamente para la industria del videojuego. Este proyecto nació, como no podía ser de otra manera, en el garaje de los padres de su fundador, Palmer Luckey, en Long Beach, California. Este joven entusiasta de los videojuegos buscó financiación en Kickstarter, pidiendo en un principio 250.000 $ y alcanzando casi los dos millones y medio de dólares en un corto periodo de tiempo.



A partir de este momento, el joven californiano llamó la atención de grandes de la industria del videojuego como John Carmack, fundador de ID Software, que no dudaron en apoyarlo viendo las características y el futuro de este producto. El Oculus fue presentado en el E3 atrayendo a numerosos desarrolladores, que empezaron a adaptar sus juegos a este novedoso aparato.



Hoy en día están disponibles para su compra los kits de desarrollo por un precio de 300 $, pero aun no ha salido su versión comercial, cuyo lanzamiento se espera para mediados del año que viene. El Rift, en su versión de prototipo, consiste en una única pantalla estereoscópica en 3D de 7 pulgadas, montada en un set de gafas junto con dos lentes ajustables a la visión de cada persona. Actualmente ya existen varios juegos que admiten el Oculus Rift, tales como Half Life 2 o Doom 3, pero la versión para desarrolladores incorpora varias demos para comprobar las capacidades del aparato. Sus ventajas frente a otros aparatos del mismo género son un mayor campo de visión, que llega hasta los 110 grados, y una reacción muy veloz a los movimientos de la cabeza, proporcionando una experiencia fluida y real.





Es cierto que este aparato aún tiene mucho recorrido por delante, pero estoy seguro de que será un producto revolucionario, siempre y cuando su precio no lo haga prohibitivo para el aficionado medio. Incluso se han producido rumores de que las grandes empresas Sony y Microsoft ya están desarrollando sus propios sets de realidad virtual para integrar en las consolas de próxima generación. También existen planes para llevar este producto al sector de los dispositivos móviles, aunque esto presenta unas mayores dificultades y parece que el Oculus, al menos por ahora, utilizará el PC como su herramienta base.




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